¿COLON ESPAÑOL?
Los apasionados comentarios y las múltiples polémicas de que ha sido causa el descubrimiento hecho por el sabio gallego don Celso García de la Riega sobre la patria de Cristóbal Colón, nos mueven a publicar el informe emitido por don Eladio Oviedo y Arce, individuo de número de la Real Academia Gallega fallecido recientemente y
que publica en «Boletín» de la misma en su número de Octubre.
Neutrales en la cuestión, no suscribe nuestra pluma los duros conceptos vertidos por el distinguido académico en su citado informe, aunque a fuer de imparciales tengamos que reconocer que su trabajo supone un gran esfuerzo y que aporta una documentación completísima.
Dado lo interesante del tema y la índole de esta revista no podemos sustraernos a su publicación, lamentando que su mucha extensión nos obligue a ofrecerlo fraccionado en varios números y aun a suprimir una colección de notas y contra notas aclaratorias y explicatorias interesantísimas, que desde luego ponemos a disposición del lector que lás desee.
INFORME que presenta a la Real Academia Gallega de la Coruña,el individuo de número don Eladio Oviedo y Arce, sobre el valor de los "Documentos Pontevedreses", considerados como fuente del tema COLÓN ESPAÑOL, propuesto primeramente por don Celso García de la Riega, y ahora renovado por sus continuadores.
Señores académicos:
Invitado por esta docta y patriótica Corporación para emitir en su nombre un Informe sobre el valor de los Documentos Pontevedreses, considerados como fuente del tema Colón español, propuesto en oposición al falso dogma de Colón genovés por el conocido escritor de Pontevedra don Celso García de la Riega, 1914, y después de él, por los continuadores de aquella su obra coloniana, que, a fuer de endeble, como subjetiva y ajena a la seriedad histórica, habíamos creido caduca y relegada para siempre, sobre todo,
después del fallo adverso de persona tan eminente en asuntos de investigación y crítica histórica, cual don Manuel Serrano Sanz, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, hágolo gustosamente, no sólo en debida correspondencia al honroso requerimiento, sino también porque con ello, se me brinda propicia ocasión de contribuir, siquiera sea modestamente, a la precisa y urgentísima tarea de acrisolar la
Regional Historia, rica y gloriosa de suyo, pero tratada desde antiguo como el grajo vano de la fábula esopiana por la turbamulta de intrusos, arrivistas y logreros del dolo patriótico o el pío de otro tiempo, que pretendieron y pretenden engalanarla con lucientes arreos de doradas leyendas, retazos de extraña púrpura, no por brillante más forera para una crítica austerísitna que lo han sido las heces de los establos de Augías para las aguas purificadoras del Alfeo.
Extraña púrpura el tema Colón español, recientemente zurcido a la preciosa tela de nuestra Historia, debe ser, desde luego, considerado como ridícula invención y por lo mismo, silenciado en los círculos cultos de nuestro país y en nuestra culta prensa.
Tal es el propósito de este informe.
Ha sido don Celso de la Riega quien creó, por decirlo así, el tema Colón español, casi de la nada.
Unos viejos manuscritos de los archivos de Pontevedra, dos únicamente, en los que aparecía grafiado el apellido Colón, bastaron para que un buen día del año de 1892 se le ocurriera la abracadabrante idea de la oriundez y cuna pontevedresa del marino insigne que descubrió la América.
Antes y después de García de la Riega han leido el apellido Colón en antiguos manuscritos o impresos españoles, y aun galaicos y pontevedreses, los que estudiaron las Crónicas de Navarra, los Anales de Aragón, las Actas Eclesiásticas y Civiles de Cataluña, y la Historia y Toponimia de las Islas Baleares, o exploraron el 'inagotable tesoro del Archivo Regional de Galicia, y el Arzobispal de Santiago, y los Parroquiales de varias iglesias de esta archidiócesis compostelana, y los locales públicos y particulares, de Pontevedra mismo.
Pero ni éstos, ni aquéllos, ni los de ayer, ni los de hoy, o maestros en la difícil ciencia de la Historia, o avizores de las glorias patrias, han pensado jamás en que el parentesco fonético de las voces Colon, Collon, Culon, Colom o de Colom, frecuentemente repetidas en las más puras fuentes históricas españolas con formas romances indígenas, o con forma castellanizada sobre formas catalanas, francesas o italianas del apellido que inmortalizó el gran navegante genovés, podía inspirar, ni menos fundamentar, un nuevo concepto acerca del origen y patria de Colón.
Estaba reservada concepción tan peregrina a García de la Riega, y a él también el sacarla de su original imprecisión protoplasmática, corno nacida de tan humildes y, en parte, contaminados principios, y nutrirla cuidadosamente y levantarla, en fin, al estado de opulencia erudita y documental con que la ofreció a las gentes en el libro Colón español, cifra y precipitado de una asidua. labor, de ingenio y química, de veintitantos años.
Con el hallazgo de los primeros monumentos pontevedreses colonianos coincidió .la fiesta mundial, principalmente española, del Centenario del descubrimiento de América, que exaltó nuestro patriotismo y dió actualidad al tema inacabado, de la vida de Cristóbal Colón; y esto hubo de influir, sin duda alguna, en el , prematuro alumbramiento de aquella idea: Colón-Pontevedrés.
Pero ¿por qué secretos caminos psíquicos ha llegado a punto de madurez histórica la elaboración coloniana de nuestro autor? El examen de la producción literaria de García de la Riega nos lo representa con cualidades mentales, éticas y culturales muy adecuadas para dar cima feliz a aquella empresa.
Atraído tardíamente, por sugestión externa, más que por propia inclinación, a los estudios históricos, y sin la preparación conveniente en el estado actual de la ciencia, entróse con el fervor del neófito en el templo de la Historia, sin comprender su magestad.
Para él no había escrito Cicerón el ne quid falsi dicere aucleat, ley del historiador; y debió creer, como los sofistas griegos, que la Historia es un modo de poesía, un canto en prosa, en el que caben las licencias otorgadas al artista en la Epístola ad Pisones, de Horacio, Galicia Antigua y El Anzadis de Gaula son claro testimonio de la devoción de su autor a los temas sugeridos y no de propia investigación, y a los temas de índole conjetural, accesibles a las voluptuosidades de la fantasía, y que sólo los entendimientos próceres y cultivadísimos pueden tratar sin caer en vulgaridades y sin que se pueda pensar en que la erudición acopiada 'en sus trabajos es absolutamente refleja,como lo es la de G. de la Riega.
La Gallega, nave capitana de Colón, otro libro de G. de la Riega con ciertas ínfulas de original, representa una nueva faceta de la personalidad literaria de este autor, quien, pretendiendo tratar su tema, a fuer de investigador sereno, que antepone los documentos a la erudición libresca, resulta, no un científico, como podría creerse, sino un invencionero.
La Gallega no es una obra histórica: es una ficción amañada con documentos sospechosos y documentos falsificados.
De todas estas maneras, es dechado el libro Colón Español.
Pero su ascendencia directa está en La Gallega.
La Gallega es ideológicamente, en cuanto al concepto de la obra histórica, como una primicia de Colón Español; y en cuanto a la heurística, crítica, hermenáutica y exégesis de los documentos considerados como fuentes de la Historia, es una primera salida de un arrivista de la ciencia histórica por los dilatados campos de la ficción, que por haber tenido éxito—éxito negativo, pues ningún crítico se ha ocupado seriamente en el estudio de ese libro—le alentó a la segunda salida, con Colón Español, «una de tantas fábulas, como ha dicho, por caso análogo, el célebre cronista del siglo XIII, Alberico de Trois Fontaines, urdidas para recreo del pueblo y en provecho del bardo:).
El mismo García de la Riega, que ha escrito como la nueva teoría coloniana, expuesta en Colón Español, nació limpia, aunque prematuramente, según indiqué, y adelante veremos, del seno, por su fantasía fecundado, de dos documentos pontevedreses que daban ingenuamente noticia de unos humildes ciudadanos de Pontevedra, de fines
del siglo XV y comienzos del XVI, apellidados de Colón— el de Juan de Colón y Constanza de Colón, de 1519, y el de Pero (transformado luego en Cristobo) de Colón,
de 1496— nos asegura que, por lo demás, su teoría acerca del origen y patria de Colón, evolucionó hasta su completo desarrollo independientemente de los documentos pontevedreses, de los cuales dice, que, al lado de aquella teoría, fundada en los datos expuestos y consideraciones, hechas en las páginas del libro Colón Español, pasan verdaderamente a un segundo término como materia de comprobación; y aunque han dado justificado motivo para un nuevo estudio de la vida del Almirante y para una nueva teoría sobre sus antecedentes, son nada más que un detalle, si bien importantísimo, del conjunto general de dicha teoría. (Colón Español, pág. 147).
Es, ni más ni menos, lo que han hecho todos los invencioneros.
Primero crearon una tesis: después descubrieron los fundamentos —tradiciones, monumentos, documentos—que le daban un puesto en las páginas de la Historia.
Y aún cuando sin tal confesión, reveladora de la poca o ninguna fé que García de la Riega tenía en los documentos pontevedreses, y de la baja idea de su valor era cosa llana entender por el contenido y por la técnica del libro Colón Español, tejido incorrecto de conjeturas, escamoteos y contradicciones, preparado con elementos de una hermenéutica pueril, de una exégesis caótica y de una crítica pendenciera y prevenida que su teoría giraba en torno de una tesis a priori, contra el precepto de Quintiliano en sus Instituciones, según el cual: Historia scribitur ad narrandun, non ad probanduni, bueno es que lo diga quien conocía íntimamente el secreto de la formación de esa teoría y de la composición del libro en que se expone. Cierto.
Los Doc. Pontevedreses no tienen valor ninguno con relación a la nueva teoría coloniana de García de la Riega y sus continuadores los unos, los genuinos, porque son extraños del todo al tema COLÓN ESPAÑOL, y aún a la historia general genealógica del gran navegante genovés; y los otros, los corruptos con retoques, suplantaciones e interpelpciones, porque, por esto mismo, lo son más todavía, si es posible, pues ni siquiera tienen la apariencia coloniana gráfica de los genuinos.
Comenzaré seriando los veintiún Doc. Pontevedreses, que García de la Riega y sus continuadores tienen corno colonianos, según la cronología y contenido coloniano, según la fecha del hallazgo y el nombre del descubridor, y según la fuente de donde proceden.
Sólo los cinco documentos de la serie A, es decir, los hallados por D. Telmo Vigo y D. Casto Sampedro, que en esta investigación se anticiparon dos años, por lo menos, a García de la Riega, son totalmente genuinos.
De ellos han sido fotograbados en el libro Colón Español el A1 y A2; en la revista de Vigo, Vida Gallega, de 15 de Marzo de 1917, el A3 y el A4 fué reproducido en Colón Español, pág. 168, aunque sin la debida exactitud gráfica; el A5 publicólo la revista Mondariz, de 15 de Marzo de 1917.
Basta, por lo tanto, a los fines de este INFORME, dar la siguiente nota de esos cinco documentos:
A1 : En las notas 6 y 8, se ha dado el extracto de este Doc. ( También se extractó otro-el de 1528, Constanza de Colón,-conexo con el de 1529, Juan de Colón y Constanza de Colón, que se guarda en el Arch. de Reg. de Galicia.) según-el original que obra en el Arch. Reg. de Galicia.
De él es una copia parcial en relación, la página fotograbada con el núm. 10 en Colón Español.
A2 : En este Doc. (Colón Español, fotograbado núm. 8), que contiene una 'relación de créditos de la Cofradía de mareantes de San Miguel de Pontevedra, liquidados en 1500 ó 1500 y tantos, se lee: ,<deve Alonso (no Alfonso, ni, menos Antonio) (*) de Colón quatro maravedis del (no do, como leyó García de la Riega) biaje d Abeyro».
García de la Riega fecha este Doc. entre 1480 y 1490; pero mal, porque en las líneas procedentes a las transcriptas, leo:
«Iten quedaron a dever los dichos Pero Nunez con Gomez García bicarios, bellos del año pasado (") de noventa y nuebe años un ducado de oro...»
Todo nos obliga a traer este Doc. a los comienzos del siglo XVI; hasta la lengua, que es castellana resabiada, naturalmente, de la gallega, desterrada entonces de las escrituras públicas, pero no del habla corriente.
A3 : Dase noticia de ese Doc. en las contranotas de las Notas 27 y 28.
A4 : Este Doc. (**) es un letrero de caracteres germánicos grabado en el paramento interior de una capilla de la iglesia de Santa María la Grande, de Pontevedra, que dice así:
«Los do cerco: de Yuan Neto i de Yoan de Colon (****) feceron esta capilla.»
(Colón Español, pág.168).
Por los caracteres gráficos de esta inscripción, muy usados en Galicia en el
último tercio del siglo XV y el primero del XVI, por referir la construcción de una capilla
en la iglesia que bajo la dirección técnica del Maestro Diego Gil y la administrativa de
Pero Rodríguez de Barbeyto estaba en obra—obra nueva=continuación de la
interrumpida—, en el año 1506, según se lee en las líneas 22 a 24, del Doc. A5, que
dicen así:
«Et quedan de fora desta cuenta para la obra nueva de Nuestra Señora del año de
quinientos e seys lo siguiente»
(véase el fotograbado de este. Doc. en la revista Mondariz de 15 Marzo 1917),
y porque el nombre de Juan Neto (Nepto), mareante,suena unido al de un Juan de
Colón en el Doc.A3 de 1518, creo que esta inscripción puede fecharse c. 1518.
A5 : Escritura notarial sobre liquidación de cuentas de la obra de la iglesia de Santa
María la Grande, por la cual consta que de Las cantidades donadas para la obra
nueva de nuestra Señora, del año de quinientos e seys=1506, era una: «yten del
cerco de Joan de Colon e Vieyto Carraan, atalieyros, dez dineyros».
(*) García de la Riega, que conjeturó estas lecciones, dando por mejor la de Antonio añade que este tal es «quizás hijo de Maria de colón», la que noticia el Doc. fotograbado con el núm. 6 en Colon Español.
(**) La frase ano pasado no significa tanto el año inmediatamente anterior, como un año de un período precedente.
(***) Llamo documento a este letrero, en sentido genérico.
(****) D. Casto Sampedro me comunica que la voz Colón debió grabarse con la forma Collon; forma que puede explicar la oriundez francesa de los de Colon.
Trátase, pues, de un Juan de Colón, anterior a 1529, fecha de la escritura de liquidación; de un Juan de Colón que en el año de 1506, y en sociedad de pesca con Vieyto Carraan, había entregado al mayordomo de la obra nueva de Santa María la Grande de Pontevedra, la cantidad de dez dineyros; y por esto parece indudable que este Juan de Colón es el mismo de los Documentos 1º, A3 y A4, ya que coinciden en el nombre, en la cronología y en tener idéntico oficio, el de mareantes.
De los de la serie B, descubiertos por García de la Riega, el B1 es igualmente genuino en parte de su supuesto contenido coloniano, es decir, en el apellido de Colón (Lámina I, B1, línea 10), pues el nombre de ese de Colón ha sido ánima vil de las manipulaciones de nuestro invencionero, como veremos.
Doy, por lo tanto, a los textos de esos seis Documentos, en que se lée el apellido de Colón, todo el valor que merecen ante la Crítica los documentos sinceros e inmaculados; esto es, la total autenticidad diplomática.
Pero ¿qué valor histórico con relación al tema: COLÓN PONTEVEDRÉS, O COLÓN ESPAÑOL, podrían pretender esos manuscritos que notician incidentalmente un apellido de Colón, de nombre incierto, que tenía una heredad en Pontevedra en 1496, un Alonso de Colón de la misma ciudad, de oficio navegante, que vivía c. 1509, y un Juan de Colón que dió apellido a su mujer Constanza, hija y hermana de unos de Cangas y que entre 1506 y 1528 aparece en tres Documentos—el de 1519, la Inscripción de Santa Mar y el de 1529—como mareante, y en un cuarto, el de 1518, como amigo de mareantes?
¿Solo la coincidencia del apellido castellanizado — única conexión de estos documentos con la historia de Cristóbal Colón—bastaría para fundar el, aserto de parentesco entre los que lo llevaban?
Tanto valdría como pensar que el Cid Campeador había nacido en tierras de Sobrado o Celanova, en Galicia, porque en los Tumbos de los monasterios de esos nombres, que se guardaban en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, se léen en instrumentos del siglo XI—el del Cid—los apellidos Cidiz y Citiz, y el mismo nombre Cid, repetidamente; mucho más sabiendo que en el poema de Mio Cid, hay elogios para Gallizia, para los caballeros gallizianos y hasta para las siellas Gallegas.
Cuánto a los dieciseis documentos de la serie B. (hecha la salvedad del B1), no vacilo en afirmar de los trece primeros, los que examiné para este INFORME, ya directamente en los originales (las B1, B3, B9, B10,B11), ya en los fotograbados del libra Colón Español ,(los B2, B4, B5, B7, B8, B12,B13) y en el que se imprimió en la revista de Vigo, intitulada Vida Gallega, de 15 de Julio de 1911 (el B6), que están corruptos en los pasajes del supuesto contenido coloniano.
Los tres restantes (B14, B15, B16) no he logrado verlos a pesar de las pesquisas que hice en Pontevedra; pero, aparte de que su contenido Coloniano nada añade sustancial a lo que testimonian los trece primeros, bien puede darse por seguro club no son mejores, ni por ventura tan buenos como aquellos que el descubridor de unos y otros extendió a los cuantro vientos cocorno materia de comprobación, que ha dicho él de su nueva teoría coloniana y bien pueden igualarse, por razón del descubridor, a l. condición crítico-paleográfica de los primeros, por virtud de aquel principio que dice; Semel malus semper piae sumitur malus donee aliud probetur.
He aquí los fundamentos de mi afirmación.
B1 : (lamina 1a.B1,linea10). Grafias : x , un signo algo semejante a un Psí griego
(Para explicar esto es de notar el uso y abuso que del alfabefo y léxico
griegos hacía en sus trabajos García de la riega.) y tilde de abreviatura
colocada sobre la x y Psi.
Estudio sobre el original.
a) Examen ocular:
1.° Nótanse huellas de manipulaciones en el campo de estas grafías.
2.° Vese que el color de la tinta de la x y de los trazos de la Psi, (menos el
superior central y, en parte, el superior izquierdo) es otro del de la
usada en las grafías genuinas del Doc.
b) Del exámen paleografico resultan las siguientes observaciones:
1.ª La x imita la forma redondilla de las dos líneas cabeceras del Doc., pero
desentona entre las cursivas que anteceder y siguen.
2.ª La grafía siguiente, que nombro Psi, pues por su figura se acerca
grandemente a esa letra griega mayúscula usada como x en nuestros
documentos visigóticos, aunque tiene también algo de analogía con la Phi
minúscula griega, en ningún caso puede equivaler a rh griega +o como
se supone: a o + rh, tal vez, que con la x darían la forma xop, inadmisible
como abreviatura de Cristo .
3.ª La desproporción entre estas grafías y las genuinas es manifiesta.Son
demasiado finos sus trazos, excepto el medio y el izquierdo superiores
de la Psi, parque estos son genuinos.Los trazos superior -derecho y vertical
inferior, son, además,incorrectos.Entre los trazos superiores de la Psi
percíbense los genuino de una o , acusados también por el microscopio.
Supuesto esto y que los restantes trazos de la Psi son interpolados,
y que la x ha suplantado a otra grafía, parece que ésta no pudo ser sino
una p con tilda: transversal en el trazo inferior, que terminaba formando
la o=Pero.
La nota marginal de García de la Riega, que expresa esta lección ¿Pedro?,
imposible de explicar con las actuales grafías, autoriza mi hipótesis
de otras grafías primeras, po, equivalentes a Pero, nombre menos
sustancioso que el de Cristobo, para el proceso de la nueva teoria coloniana
de García de la Riega, pero seguramente el genuino del auténtico de Colón del
presente Doc.
De este supuesto Cristobo, supuesto que en la nota marginal de García de
la Riega aparece como dudoso, con cierta intención escribió luego afirmativa y
contradictoriamente nuestro autor, como solía,aplicando el recurso del
escamoteo. (*).
4.ª La tilde genuina superpuesta, o bien tiene un valor genérico de abreviatura medial
(no final), o tiene, como en el presente caso y en otros del mismo Cartulario, un
valor puramente ornamental e histórico, frecuentísimo en los pendolistas del
siglo XVI y siguientes .De ambos casos hay ejemplos en el Doc. B3 (Lámina 1.ª),
las voces moco, vra, psente, vras, viere, vozes, etc.
Aquí esta tilde es ornamental. No puede interpretarse, en modo alguno, bo ni uo;
interpretación que, por otra parte, tampoco resolveria el problema del significado
de estas extrañas grafías, que sólo pudo trazar un torpe falsificador.
c) En los laboratorios de los eminentes doctores de esta capital, don Rafael
Fernández y don José Villar, se ha precisado,con perfecta unanimidad, por medio
de la observación microscópica del original, que mientras la tinta de las grafías
genuinas es una sustancia perfectamente homogénea, y sin contrastes de color
con su tono acaramelado, la tinta de las grafías x y Psi (excepto el trazo medio y,
en parte, el izquierdo, superiores) presenta sobre el fondo homogéneo el contraste
de elementos, como corpúsculos, diseminados por el campo; corpúsculos que tienen
forma y color idénticos a los que resultan de la descomposición de la anihilina.
B1 : Carta de foro, en Pontevedra, de una finca que linda con una heredad de ¿....? de Colon, fecha en 1496.
En Colon Español, pág, IX, 88, 164, y fotograbado 9, se da por supuesto que este Doc.
noticia un Cristobo. Pero al margen del original escribió Garcia de la Riega (**)
¿Pedro? ¿Cristobo? (***).
(*) Pág. 88. «En ella. (Pontevedra) figura, según una escritura de 1496, un
Cristobo de Colon, que no era seguramente el gran navegante. Pág. 165.
Comenta el mismo Doc, de 1496 y escribe: «tal 'vez fuese (Cristobo de Colon)
el italiano Cristoforo Colombo, genovés y descubridor de las Indias occidentales».
(**) De un autógrafo de Garcia de la Riega, fechado en 31 de Marzo de 1905,
se ha sacado el fotograbado de la Lámina VII, i, y por él se ve que ha sido
García de la Riega quien escribió la nota marginal de que se trata.
(***) D. Casto Sampedro, en recientes trabajos de controversía publicados en el
diario de Pontevedra Progreso, dice que en todo caso debía corregirse:
Cristouo. Como se trata de un texto de 1496 Copiado por un escriban del
notario del Consejo de Pontevedra, Pedro Fiel, hacia 1535, pudiera tal vez
admitirse la forma Cristovo, mejor que Cristouo, según el estilo del Escriban,
pero aun esto sólo en el supuesto de que la consintiesen las grafías del
caso en este Doc.
Por lo demás, en pergamino de 1395, leo: Cristouoo ,y en otro de 1474
Critovoo. (Galicia Historica, 1902).
Pero, repito, huelga esta disposición, porque evidentemente no se trata
aquí de ningún Cristobo documental, sino fantástico.
El señor Serrano y Sanz dijo del nombre Cristobo, que se supone expresado
por estas grafías, que «se halla en forma desusada y probablemente, está retocado».
Este probablemente lo suprimiría el señor Serrano y Sanz si hubiera visto, como yo, el Cartulario original del Documento, evidentemente falsificado en el pasaje de que se trata, como lo demuestran el examen ocular y el microscópico.
Además, es preciso tener en cuenta que este estilo de signos de abreviaturas no es del original del Doc. sino del Cartulario, compuesto en el segundo tercio del siglo XVI, en que está copiado.
B2 : (Lámina I, B2, línea 6). Dice: bartolameu de colo e a° da nova.
Del libro Colón Español, Fotograbado número 2.
a) Nótase a simple vista que las tintas de estas.grafías se ha corrido formando una
como estela de los contornos. Lo mismo ocurre en las siguientes: e a° da nova,
que son obra de la misma mano moderna, y en otras vecinas, genuinas, que han sido
retintadas para disimular la falsificación coloniana y la novana, esto ya explotada
en 1897 en La Gallega García de la Riega cita el presente Doc., p A da Noua,
a propósito del marino Juan da Roya, de 1 en La Gallega, nave capitana de
Colón, p. 148.
b) En el Libro de Concello y en el Cartulario del mismo Consejo de Pontevedra, que
corren en conjunto desde 1437 a 1563, léese repetidamente Bertolameu y Vertolanzeu
(éste hacia el siglo XVI, época en que la confusión fonética de la. B y de la V trajo la
confusión gráfica): nunca Bartolameu. Y San Bartolameu de Pontevedra se lee
ya en 1347. (Galicia Histórica, Colec. Diplomática, 1901-1902).El gallego repugna el
hiato, y por eso cambió en e la primera a etimológica de esta palabra. La forma
Bartolameu en 1428, que trae este Doc. es, pues, inadmisible histórica y
filológicamente.
c) García de la Riega dice que estas palabras y otras aleñadas «fueron recalcadas por
aparecer algo desvanecidas y por desconocer el arte de la fotografía, pero sin que el
documento sufriese alteración alguna».
Por lo visto Garcia de la Riega ignoraba que un documento recalcado,avivado,
revivido, dicen con extraña técnica los continuadores de su obra), es un documento,
por lo menos, inutilizado, sin la menor garantía de integridad y genuinidad, y que
sólo sería admisible en el caso de que bajo las grafías recalcadas se percibieran
claramente las primitivas, como ocurre con los palimpsestos. El recalcador
ha tenido gran cuidado en raspar las primitivas grafías, en forma tal que no
quedase de ellas ninguna huella. El Doc. B3 es una excepción en este punto como
veremos. Por eso dice muy bien el señor Serrano y Sanz: «Lo que en realidad hay
es que las palabras bartolatneu de colo son de letra moderna y completamente
distinta de la demás del documento. Compárese, por ejemplo, la sílaba co de colo,
sin enlace (*), con la de cofrades (línea inferior) y se verá que son todo diferentes».
El famoso recalcado no daría lugar a estas tachas, a no ser que la tal recalcadura
se traduzca por transformación; pero aceptada la transformación en Paleografía
crítica, ya no sería posible dar por falsificado ningún documento. Añádase: 1." que
la a interna tiene siempre sobre los brazos verticales, que la semejan a la u,
uno horizontal, en todo el- contexto de este Doc., menos la segunda de bartolameu;
y 2.° que aquí no se enlazan tampoco las to, mientras que en todos los casos
similares, el trazo transversal de la t inicia la o.
B2 : Es un Contrato de censo hecho ante bariolamen de colo e a° da nona,
como procuradores de la Cofradía de San Juan Bautista de Pontevedra a 2 de
Noviembre de 1428. De este Bartolomé de Colón trata G. de la Riega en Col. Esp.,
p. 13, 1511s y 173. Dicho se está que un Bartolomé de Colón, pontevedrés,
procurador de una Cofradía en 1428, y nacido, por lo tanto, en el siglo XIV, estaba
llamado a desempeñar cierto papel en la nueva teoría coloniana de G. de la Riega;
para éste el tal Bartolomé de Colón era hermano de Domingo de Colón, el Viejo, y
por consiguiente, tío segundo del primer Almirante de Indias.
(*) Esta tacha de la falta de enlace en la sílaba Co de la palabra Colom,
es tan fundada, que no hay un sólo caso, de los muchos en que falsificó este apellido,
que no aparezca como estereotipado ese grupo con sus elementos siempre
autónomos.Puede variar y varía el tipo gráfico de los Doc. en que se falsificó esa
palabra: pero el tipo del prupo co no varía. Es marca de familia, aunque no única,
como veremos.
De este mal nacido Bartolomé de Colón, supone G. de la Riega que emigró a
Andalucía hacia comienzos del siglo XV, y que allí le dieron el. mote del gallego. La
emigración es un expediente que explota mucho nuestro autor. Funda esa fantasía
en un documento cordobés de que dió noticia en el Boletín de la Real Academia de
la Historia, de Madrid (Diciembre 1900), don Rafael Ramírez de Arellano.
Este documento es el testamento otorgado a 24 de Octubre de 1489 por pero
gonçalez fijo de bartolomé gonçalez. El docto académico leyó en las grafías que hizo
grabar para el Boletín de la R. A. de la Hist., Pero Gonçalez fijo de Bartolomé Colón
Gonzalez o Sanchez. Y ello dió pié a García de la Riega para. convertir tal personaje
en un Bartolomé Colom, gallego, dando esta interpretación gallego a las grafías que el
señor Ramirez de Arellano tradujo bien por Gonzalez. G. de la Riega no se contentó
con esto,sino que convirtió en este Bartolomé Gonzalez, auténtico, de Córdoba, el
Bartolomé de Colon que él había inventado y metido en el presente Doc. B2.
¡Qué menos podría hacer quien podía justificar una fantasía documental con un
documento sincero! Pero el lector puede ver en el grabado que se reproduce en la
Lámina VII, j, según calco que me remitió bondadosamente don Julián Paz Espeso,
que el señor Ramírez de Arellano se ha equivocado en la interpretación de tales
grafías. Bar no puede ser abreviatura de Bartolomé, mejor que de Barjona, Barcefas,
Barsabas, Barjesu, etc.
El supuesto colom, es tolome: se sabe que la c y la t se confunden en los
documentos del siglo XV. Además, el contexto del testamento de Pero Gonzalez
legando a su hijo Bartolomé Gonzalez, confirma, si ello fuera menester, que el padre
del testador se llamaba como el nieto heredero, Bartolomé Gonzalez. Trátase, por lo
tanto,y para mí evidentemente, en este texto cordobés, de un vulgar Bartolomé
Gonzalez,padre de un Pero Gonzalez. G. de la Riega que ya había inventado c. 1896
el Bartolameu de Colon del presente Doc. B2, debió creer que a los dioses le era
propicia su labor de invencionero cuando leyó el trabajo del señor Ramírez de Arellano,
y, con la seguridad del triunfador, se adelantó a descifrar las oscuras cifras del segundo
apellido del supuesto Bartolomé Colom, traduciéndolas por gallego (*),en vez de
Gonzalez o Sanchez.
(*) El Gallego fué apellido de Abenmeruán, rey de Badajoz en el siglo X, y de un nieto
de Abderraman III; pero sin abreviatura.
El colmo de la fortuna para G. de la Riega, empeñado en convertir en sustancia
pontevedresa, todo lo que tuviese algún color coloniano. ¡Sería miel sobre hojuelas
falsificadas! Con esto queda cuarteado uno de los baluartes que G. de la Riega
había erigido en apoyo de su sinceridad. ¡Como que en La Gallega, 1897, había dado
noticia de este Doc. B.2, es decir, tres años antes de que el señor Ramírez de
Arellano exhumara el cordobés, que supuso testimoniaba un Bartolamé Colom, el
cual por la cronología podría identificarse con el inventado por G. de la Riega.
B3 : (Lámina I, Ba, línea 4). Dice: ma fóterosa.
Estudio sobre el original del Cartulario.
a) El examen ocular dá la impresión de que esta es una de las más perfectas, si
no la mejor, de las falsificaciones de la serie; lo cual se explica por ser la materia
de este Doc. el pergamino. Las nuevas grafías del contenido coloniano, que
suplantaron a otras, sólo dejan percibir un rasgo de éstas bajo el trazado de la s.
b) Del examen paleográfico resultan las tachas siguientes:
1.° La nitidez de los contornos de casi todas las letras de las dos palabras
del contenido coloniano, de este Doc. (exceptúase la segunda o, algo
incorrecta), indica que han sido dibujadas con pluma metálica, no conocida
cuando se trazaron las genuinas del siglo XVI.
2.° La e está compuesta con dos trazos, caso único en este Doc. y en los
demás del mismo Cartulario donde se contiene, que son de igual estilo gráfico.
La relación de los trazos superiores de la f es idéntica a la de los de la e.
3.° La t con la traviesa tangente al trazo vertical es única también en este Doc.
y en todos los del Cartulario (*).
4.° Unica igualmente es la s, redondilla, que sólo se hermana con las letras de
las dos líneas de cabeza, no con el carácter cursivo y procesal de la s usada
en todo el cuerpo de este Doc.
5.° Extraña, sobre todo, la autonomía de la t y e; autonomía que sólo se da en
esta grafía.
c) Se ha podido hacer aquí también el análisis microscópico de la tinta; y ésta
presenta en este Doc., más acusado todavía, el contraste entre la de las grafías
genuinas y la de las falsificadas, observado en B. No es sólo el paleógrafo quien
declara falsificado el contenido coloniano, de este Doc. También el químico
conviene en ello.
B3 : Es una Carta de aforamiento que hace el Consejo de Pontevedra a favor de <Vertolameu de Sigueyro> y a su mujer « ma fonterosa»:, fecha 1525( **).
(*) Ya veremos que esta forma de t se repite en varias de las falsificaciones colonianas.
(**) ¿Será éste uno de los Doc. cuya autenticidad garantizó a la Academia de la Historia don Prudencio Otero y Sánchez, fervoroso continuador de G. de la Riega (Progreso de Pontevedra, 5 Julio 1917). Lo cierto es que es uno de los cinco nuevos documentos colonianos que el mismo señor Otero sometió a mi examen en Enero del año corriente.
Este Doc. publícase ahora, en fotograbado, por primera vez ("**). García de la Riega solamente dá noticia de él en Colón Español, p. X y 170, corno testimonio de una María Fonterosa de 1525.
Es chocante que no lo haya publicado. Acaso lo juzgó tardío.
El prólogo de Colon Español dá a entender que este es el primer Fonterosa descubierto por G. de la Riega, entre 1892, fecha inicial de su estudios colonianos, y 1898, fecha de la Conferencia dada en la Sociedad Geográfica de Madrid, en cuyo trabajo ya citó este Doc.
¿Cuál sería la génesis de tan extraña falsificación?
Bastó una lección defectuosa del apellido de la madre de Colón, Susana Fontanorossa, por ejemplo,Fontarossa para que G. de la Riega lo identificase con los Fontesosa que aún hay hoy en la provincia de Pontevedra (****), y que en las parroquias de Sobrada y Pesegueyro (Tuy) se remontan al año 1602, según investigación que en el archivo parroquial de Sobrada acaba de hacer para mí el ilustrado canónigo tudense don José Salgueiro.
Pero ¿qué valor tienen los Fonterosa auténticos de Galicia con relación a la teoría coloniana de G. de la Riega? Ninguno absolutamente. Ni G. de la Riega ha explicado el cambalache de este apellido con el de Fontanarossa, de la madre de Colón, a pesar de la novela que compuso en torno a un falso Domingo de Colon, que quemó su casa en Pontevedra (Doc. Bis), y emigró a Italia llevando consigo a su esposa Susana Fonterosa y a sus hijos, entre los cuales iba el gran Cristobal Colón, ni menos la procedencia de aquél; ni ello era posible siendo Fontanárossa=Fuente roja, y Fonterosa=Fuente abundante.
Fonterosa, como indiqué en nota precedente, es un derivado de Fonte o Fontela, más el sufijo abundancia osa, gallego-castellano (*****).
(***) Por eso no ha podido estudiarlo el señor Serrano y Sanz.
(****) D. Casto Sampedro dize en Progreso de Pontevedra, 28 Julio 1917, que fue él quien dió a G. de la Riega la primera noticia de la reciente existencia de Fonterosas en Tuy.
(*****) G. de la Riega (Col. Esp , p. 170) y el señor Alvarez Limeses (Progreso, diario de Pontevedra de 27 de Julio 1917), investigaron en el archivo de Sobrada, Fonterosas de fechas posteriores. Mi nota da un Gregorio de Fonterosa, padrino de un niño bautizado en 1602. Puede, por lo tanto, iniciarse la genealogía de los Fonterosa en la segunda mitad del siglo XVI.Pero ni este Fonterosa, ni menos los de los siglos XVII y XVIII, exhumados por G. de la Riega y sus continuadores, tienen el menor valor en su nueva teoría coloniana.Son auténticos, pero extraños, y además tardíos. Bien entendió lo de tardíos G. de la Riega, y por eso se ha dado maña para descubirr otros Fonterosas más antiguos. ¡Lástima para su teoría, de que se olvidase de llevar el vacío entre sus Fonterosa y los de Sobrada! ¡Lástima, sobre todo, que sean ajenos al tema!
La pronunciación actual de la o del sufijo, que es abierta, según me comunica el muy docto Penitenciario de la Catedral de Tuy, don Antonio Cerviño, define este punto, si aun ofreciera alguna duda. Fonterosa es fonéticamente voz hermana de Pedrosa, Camposa, Noguerosa, Ramallosa, etcétera, corrientes en Galicia: voces simples, aunque derivadas.
B4 : (Lámina II, 13 4, línea 2). Dice:
maese nicolao oderigo de janvua.
De Colón Español, fotograbado núm. 1.
a) Está a la vista que la tinta empleada para trazar estas grafías es diferente,
por más suelta, de la de todo el contexto y firma del Doc., y que los contornos
de los trazos se desdibujan y pierden en una especie de estela (*). García de la
Riega ya reconoció aquella tacha, pero aun pretendió que la tinta parece ser igual
a la de la firma, lo cual no es exacto, como ya observó el señor Serrano y Sanz
y lo acusa el fotograbado.
(*) Esto hace pensar que el trazado de tales grafías se ha hecho sobre un campo
previamente raspado. Así lo cree el Sr. Serrano y Sanz. Pero el Sr. Sampedro
en sus artículos de el Progreso de Pontevedra, del mes de Julio último, declara que
le parece recordar que cuando él y Castiileiras Antelo, hallaron, los primeros, este
en el Arch. Municipal antes de 1898 (G. de la Riega dice que él lo encontró dentro
del Cartulario),
el espacio ocupado desde e. 1898 por las grafías colonianas estaba en blanco.
Es fácil la conciliación. Frustrada una primera tentativa de interpolación, hubo
de rasparse lo ya escrito para trazar lo que hoy contiene de coloniano este Doc.
1.° El.dibujo de las letras seméjase grandemente al de las correspondientes del
contenido coloniano y novano de B2, no obstante la diferencia de estilo gráfico
entre lo genuino de ambos Doc., que es notable, aun dentro del tipo general
de la letra de albalaes usada en ellos. Compárense las cuatro a y el grupo co
del presente Doc. con las a de a° y nova, y el grupo co de coló de B2.
2.° El grupo co forma siempre nexo en el contexto del Doc.; pero no en el
contenido coloniano.
3.° La d genuina carece siempre del trazo fino de la d falsificada. La d fina y de
contornos paralelos de Oderigo, es única.
4.° El Sr. Serrano y Sanz concluye con razón: «Se trata, por consiguiente, de un
documento inadmisible.»
c) Tampoco es admisible este Doc.por la forma Januua. lamina, que se lee en
auténtico documento latino de 1472, de procedencia genovesa, referente a Colón
— el que acredita el primitivo oficio del que luego fué célebre navegante: lanerius
de Januua, tejedor, de Génova—, equivale fonéticamente a januva—romance
Génova. Pero la grafía Janvua de nuestro Doc , a parte de ser un latinismo
entremetido en el texto romance, no da sino Genvoa, puesto que la y es imposible
reducirla a o (*).
B4: Es una carta del arzobispo de Santiago D. Lope de Mendoza, fechada a 15 de Marzo de 1413, nombrando a Maese Nicolao Oderigo de Janvua, recaudador de los pedidos del arzobispo en Pontevedra.
G. de la Riega (Col. Esp., p. 149) considera este Doc. como coloniano e importante porque consigna el mismo nombre, apellido y procedencia que los de un gran amigo de Colón. (Se trata, pues—añade—, de dos personas probablemente descendientes la una de la otra, o de la familia de de ésta, y es probable también que la intimidad de Colón con la más moderna haya tenido su origen en antiguas relaciones del padre del Almirante o de sus parientes con el Nicolás Oderigo que estuvo en Galicia en 1413.»Todo ello fantasía.
B5 (Lámina 11, B5, Línea 6). Dice: branqa colón.
De Colón Español, fotograbado núm. 4.
a) Un somero examen ocular de estas grafías basta para entender que aunque
trazadas con gran nitidez, solo concebible en un habilísimo dibujante y sobre terso
papel de fuerte hilaza, aparecen solitarias en el contexto del Doc Y ello resulta más
evidente si observamos que en la misma línea las grafías branqa soutelo han sido
enmendadas por el único retocador de estos Doc., con intención—no cabe otra—de
disimular la suplantación de la branga colón. Nótese en branca soutelo que el dibujo
duro de la b, las br autónomas, la n tan ancha, la q, abierta por arriba, de branqa la u
anchísima, la t con la traviesa tangente a la derecha (como en 132), la e separada de
la t, el rasgo inicial de la 1 que arranca del pie, no de la cabeza de la e, y el mismo
dibujo duro de esa l, de soutelo, discrepan desde luego de lo que se ve en las grafías
iguales de las voces genuinas brañq de la línea precedente, y soutelo de las líneas
primera y tercera siguientes, y de las de todo el contexto. Esta branqa soutelo, sin el
signo representativo de la u en branqa, y sin de precediendo a soutelo, como en su
deudo y causante Alfonso de Soutelo, es evidentemente una suplantación.
Y branqa coIon es gráficamente hermana de branqa soutelo.
(*) G. de la Riega escribe que al dorso de este Doc se lee: <pont vedra XV mil mrs›.;
pero calla que debajo de esas palabras hay estas otras que el lector puede ver en
la Lámina VI ...ms Oderigo», escritas con tinta y letra iguales a las del contenido
coloniano del Doc Es que G. de la Riega quiso con estas grafías autorizar la
interpolación del anverso; pero no debió quedar convencido del éxito, y por eso
omitió su mención en este pasaje de su libro Colón Español, pag. 149.
¿Qué significa Ms?:¿Maese? Imposible, según las leyes de la Braquigrafía.
b)
1.° La b tiene un apéndice en la parte inferior que sólo se explica como
resto de otra grafía desaparecida.
2.° Falta el enlace de las br (al menos, no lo acusa el fotograbado).
3.° La n es, por ancha. desproporcionada.
4.° La q tiene un trazado vacilante.
5.° Las co son las del Doc. B2, en su dibujo y en su relación de autonomía. Llevan la
marca de fábrica. Solo una mano pudo trazarlas tan idénticas.
6.° Lo mismo ocurre, cuanto a la autonomía, con el grupo colón.
7.° Falta el signo representativo de la u después de q. En todos estos caracteres
las grafías branqa colon despéganse de las genuinas del contexto del Doc.
c) Añádase que según G. de la Riega—y es punto fundamental en su teoría de
que la familia verdadera del gran Almirante, es la que lleva el apellido de Colón,
con ascendientes de Colón, (Col. Esp., pág. 12)—, esta branqa colón sin la
preposición de, «que precisamente, (añade G. de la Riega),.figura antes del mismo
apellido en los documentos pontevedreses», no pertenece, según esto, a la tal
familia.
Se ha perdido, por lo tanto, el tiempo, en la fina labor de esta falsificación.
B5: Carta de reconocimiento de crédito que hace el abad de Poyo a favor de Martín
Gomes (no Gotierres, como leyó G. de la Riega), y de su mujer branqa soutelo en
concepto de heredera de branqa colon, mujer que fué, de Alfonso de Soutelo. Fecha
en 19 de Enero de ¿1434? Este año es el que señala G. de la Riega (Col. Esp., p.
155). El Doc. no lo trae: pero al margen, según se ve en el fotograbado, escribió la
mano de G. de la Riega «1433». Ambas fechas son admisibles. García de la Riega,
pág. 174, tiene a esta Blanca por hermana del abuelo de Cristóbal Colón; y ello es la
filosofía del descubrimiento de este Doc.
B6 G. de la Riega, pág. 155, cita otra escritura de la misma fecha de B5, en la cual
se lée también: branqa colon. Este Doc. que G. de la Riega no fotograbó en Colón
Español,publicólo la revista de Vigo, Vida Gallega,Julio de 1911, como dice el mismo
G.de la Riega, pág. 155.Tengo ala vista el fotograbado,debil y reducido, de Vida
Gallega.
No puede reproducirse para el presente INFORME; pero sí puedo apreciar muy bien
que las grafías branqa colon del Doc. :están trazadas por la misma mano y en la
misma escala de las del B5. Hay la b sin conexión perceptible con la r; la n anchísima;
el grupo co con sus elementos autónomos: hasta no falta la excusada tilde sobre
colon, tilde que ni se puede justificar por razón histórica o etimológica, como se
justifican las pocas tildes inútiles del contexto de este Doc. y del B5.
B6 Carta de reconocimiento de crédito que hace el abad de Poyo a favor de Juan GS
(que G. de la Riega interpreta Gotierres,apellido no gallego, y yo interpretaría Gomes)
como heredero de afonso de soutelo e de sua moller branqa colon.
B7 (Lámina II, B7, línea 4). Dice: e trr° ata a casa de ds de coló o v°.
De Col. Esp., fotograbado núm. 5.
a) Es tan patente, aun para el ojo menos experto: la obra del moderno retocador
e interpolador de este Doc,, que G. de la Riega se adelantó a decir que esas grafías
están escritas, al parecer (este al parecer es una preocupación con que pretende
hacer el papel de crítico escrupuloso), por distinta mano; por lo cual, añade, no
les concederíamos valor ninguno; pero pueden admitirse de plano porque constan
algunas líneas después en el cuerpo de la escritura, aunque tachadas con raya».
En efecto, en las líneas se ven estas otras grafías: e terratº ata a casa de ds de colo
o uello.
b) Pero lo cierto es que si las grafías interpoladas arriba escaman al más lerdo en
materia paleográfica, y desde luego ofrecen en la palabra colon los sabios caracteres
de la autonomía de las letras co, que hemos apreciáclo en B2,B5 y B6, y de la t de
ata igual a la de B 6 y distinta de todas las del contexto del presente Doc., las
interpoladas abajo, que están tachadas de propósito, después de haber suplantado a
otras genuinas, son, en ciertos rasgos, sus hermanas gemelas, cuanto al dibujo,
ya que no en las dimensiones. Veámoslo:
1.º La primera t de terratº es la de ata, típica:. en el contenido coloniano de B3, ya
estudiada.
2.° El grupo ca, sin enlace, es extraño al estilo gráfico de este Doc., que
le contiene varias veces.
3.° La s de casa y el mismo grupo sa son únicos también en este Doc.
La s parece trazada c pluma metálica y es de formasingularísima.
4.° Los grupos co y lo se acercan tanto a los respectivos de B 6, como se apartan
de los grupos similares del contexto del presente Doc.
Noto que el campo de estas grafías tachadas ha sido raspado: ni de otro modo se
explicaría por qué en ellas está corrida, la tinta. Bien es verdad ; que esto de la tinta
corrida es tacha que inficiona. las grafías aledañas no muy apartadas, cuanto al dibujo,
de las tachadas. Compárese la ll de vello con la de tella en linea precedente, y
contrástense con la de villa y vello genuinas, en la segunda y tercera lineas de más
abajo: Noto además que esa interpolación gráfica, es igualmente una interpolación
ideológica (*). La repetición no tiene otro objeto que apuntalar una con la otra.
c) Hay más. La grafía Ds, no puede interpretarse domingos, como hace García de la
Riega, quien previniendo cauteloso, este inconveniente escribe a propósito del Doc.
del fotograbado número 7 (Col. Esp., pág. 16), lo.siguiente: <Interpreto como
Domingos la abreviatura Ds, en primer lugar porque era la usual, según consta en
varios papeles de la época y posteriores, sin que haya otro nombre a que aplicarla.»
Cita luego, sin indicar la procedencia, como suele, escrituras del siglo XV, en que
dice se lée el nombre Domingos, así, in extenso, y luego en abreviatura Ds. Trae
también, tomado del Livro do Concelio, en acta de 21 de Mayo de 1437, el nombre
Domingos o mozo, de una calle en la feligresía de Santa María; y un Domingos
y Ds dos Billares,Procurador del Concejo en 1574 y el Domingos de Sueiro que
se lée en la primera línea del Doc. del fotograbado número 10.
(*) Un texto muy parecido en lo formulario al de este doc es el Doc B8 coetáneo, que dice: <...Outorgamos... toda a parte e quinon que... avemos... ena casa sotoo e sobrado que esta ena rrua de don Gonzalvo.„ con seu terreo en que esta, pedra tella ferro e madeira, dancho e de longo e de baixo. e dalto...» Compárese este texto ingénuo con el de este Doc. B7 «vendo... a parte e quinon... da casa e sotoo e sobrado ¿et terratorio eta a casa de Ds de colon o vº? que esta ena rrua da pont da dita uilla... con sua pedra tella ferro madeira ¿ e territorio a la casa de Ds de colon o vello?..> La idea de esta última frase, téngola por interpolación. A lo menos su forma es extrañisima al estilo de los documentos auténticos, de tipo formulario semejante.
A esto opongo que en 1435, fecha del Doc, presente, no figuraba en el léxico gallego la voz Domingos, ni figuró antes, desde los orígenes de nuestro romance, no figuró después hasta que entrado el siglo XVI, la lengua gallega, decadente, quedó sometida a la influencia no solo del castellano, pero también del portugués.
Nada valen para la lengua del siglo XV las alegaciones que hace G. de la Riega del siglo XVI, segundo tercio, y en adelante hasta nuestros días. Las 'escrituras que cita, de 1438 y 1441, sin indicar su procedencia, son por ello recusables. No admito su transcripción hasta verlas: tanto más cuanto que la única del siglo XV, 1437, a que señala fuente, está erróneamente interpretada.
En la relación de las calles de Pontevedra, que trae el Livro do Concello en los folios 29 y 30, están las siguientes: dgo o moço, dgo lobeyra y dgo vidol. Trátase, pues de Domingo, no Domingos, en los tres casos. Nuestros documentos y monumentos literarios auténticos, de la Edad Media, solo emplean la forma Domingo. -Véase la Colección Diplomatica de Galicia Histórica (Santiago 1901- 1903) (*), los Apéndices de documentos de la Hist. de la Iglesia de Santiago, por A. López Ferreiro y los Documentos Gallegos del siglo XIII al XVI, por A. Martínez Salazar (**).
(*) Señalo, en particular, el testamento del arzobispo de Santiago D. Alvaro de Isorna, insigne literato gallego, fechado en 1448, donde nombra a Sancho Domingo, y el del mismo Payo Gomez de Sotomayor (una de las partes. contratantes del presente Doc), fechado en 1454, en el que nombra a Santo Domingo de Pontevedra.
(**) Esta Colección trae muchas veces el nombre Domingo, nunca Domingos; un Domingo Pérez en 1257, un Domingo Paaz en 1415, etc.
En el mismo Livro do Concello y en el Cartulario se observa que los documentos del siglo XV y primer tercio del XVI traen siempre Domingo (un ejemplo es B1, línea 12); a partir del segundo tercio del siglo XVI aparecen Domingos mezclados con Domingo. Además en las Cántigas de Santa María de Alonso el Sabio, sólo hay la forma Domingo. Y el juglar gallego, Joan Servando, del siglo XIII también, tiene en el Cancionero galáico-portugués de la Vaticana una Cántiga, la 1.030, que comienza así: Don Domingo Caoriña.
Sólo la rúbrica de la Cántiga 1.043, que es del trovador lusitano Juan de Gaya, nombra al obispo de Lisboa Don Domingos Jardo (*). Ni un punto puede dudarse. La forma Domingos no se usaba en Galicia en el siglo XV. Es un lusismo o castellanismo, como Pablos, (en gallego Paulos), introducido en nuestro léxico en el siglo XVI. La Filología galaica viene, también aquí, como en B2, en apoyo de la Paleografía.
B7- Carta de venta por la cual Juan Gomes (G. de la Riega interpreta Gos Gotierres, no sé por qué) y su mujer Costanza Gomes (Gotierres,dice G. de la Riega) venden a Payo Gomez « de Sotomayor y a su mujer D. María de Mendoza, la parte que les pertenece de una «casa e sotoo e sobrado ¿e terratorio ata a casa de ds. de colon o v.°?»: fecha en 1435, según García de lo Riega. Este supuesto Domingos de. Colon, o vello, es, en la teoría de G. de la Riega, abuelo, sin duda, dice él (Col. Esp., pág. 173), del descubridor de América.
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FUENTE:
¿COLON ESPAÑOL? ELADIO OVIEDO Y ARCE
LA RÁBIDA.REVISTA COLOMBINA AMERICANA (1918).
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